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Evolucionar en un entorno competitivo requiere de una adaptación constante. Es por ello que, ante la transformación digital, las empresas necesitan adaptarse.

Estamos en la era de la auténtica revolución digital, que es buena para las relaciones con los clientes, pero que puede plantear problemas dentro de las propias empresas debido a las competencias necesarias. 

Ahora bien, todos los sectores de actividad se ven afectados por la transformación digital, tanto las pequeñas como las grandes empresas, por lo que los equipos de recursos humanos deben implicar a los empleados en un proceso de mejora continua orientado a la adquisición de competencias digitales.

Se trata de un esfuerzo de colaboración entre RRHH y la alta dirección, que juntos tendrán que revisar la forma en que se organiza el trabajo. 

Como los directivos deben animar a sus equipos a mejorar, también tendrán que ofrecerles una formación adecuada y darles tiempo para que asimilen estas nuevas competencias y puedan utilizarlas eficazmente.

Transformación digital en línea con el posicionamiento empresarial

La transformación digital, aunque generalizada, no se manifiesta de la misma manera en todos los sectores y empresas.

Tanto si se trata de una pyme como de una gran corporación, si tiene grandes necesidades empresariales o si necesita mejorar su organización, es importante saber por dónde empezar cuando se trata de transformación digital

Elegir la tecnología adecuada, en línea con el posicionamiento de la empresa, es la mejor manera de garantizar su desarrollo y longevidad.

Acompañar a los empleados en el proceso de transformación digital es uno de los pasos más importantes en cualquier sector. 

Este enfoque brinda la oportunidad de preparar mejor los puestos de profesiones a veces muy operativas, sean cuales sean sus competencias, para la utilización de las herramientas digitales. 

En las empresas con muchos proyectos «sobre el terreno», la digitalización a veces tiene dificultades para abrirse camino. 

Se prefieren los métodos tradicionales, a pesar de la importancia de la comunicación y la productividad.

Para los directivos, se trata de hacer comprender las oportunidades que la innovación representa para su sector. 

En tanto, digitalizar los métodos no es sinónimo de sustituir a los empleados, sino de desarrollarlos. 

En actividades muy manuales destinadas a desaparecer, la actualización de las competencias es una excelente alternativa que permite reinventar la organización y mejorar los perfiles.

Las competencias interpersonales como reto ante la transformación digital

Las «soft skills» se refieren a las habilidades humanas o al conocimiento del comportamiento. Son lo opuesto a las competencias duras, que son las competencias técnicas.

En ese sentido, las soft skills se aplican a todos los niveles de una organización, pero pueden interesar especialmente a los directivos, que están en contacto con sus equipos y se encuentran cerca de la acción sobre el terreno. 

A ellos les corresponde saber escuchar a su personal, evaluar, convencer, implicar, decidir, tomar iniciativas y pensar en nuevas formas de organizar el trabajo.

Con este tipo de competencias, los trabajadores podrán contrarrestar los efectos de la transformación digital, optando por perfiles creativos, decisorios o en contacto con los demás.

En tanto, es probable que las profesiones emergentes se centren en la consultoría, el coaching y todo tipo de asesoramiento, pero también en la ecología, el medio ambiente y la ética.

La transformación digital también crea empleos

Es un hecho que la transformación digital transforma las profesiones habituales de cualquier empresa: marketing, técnicos, administrativos, comerciales, diseño, etc. 

Una empresa que quiera crecer entre la galopante competencia debe apostar a la era digital, y sus empleados deben ser capaces de adaptarse a esta forma de trabajar. 

Este cambio forzado, tras la pandemia por Covid19, puede preocupar a quienes se sienten relegados por las tecnologías digitales, en la medida en que creen que la tecnología digital mata más empleos de los que crea. 

Sin embargo, tampoco hay razón para demonizar la transformación digital, ya que debe verse como una oportunidad para progresar y adquirir nuevas competencias. 

Es la fuente de nuevas profesiones que ofrecerán la oportunidad de practicar, no lo que sabes hacer, sino lo que te gusta hacer. 

Esto supone una gran diferencia para quienes persiguen el objetivo del bienestar en el trabajo. 

Acá es donde entran en juego los recursos humanos, porque se trata de extraer lo que hace que la gente quiera moverse y adaptarse.